La cama es la gran protagonista de tu dormitorio principalmente porque es la pieza más grande y, por tanto, la que más se ve.

Tender tu cama puede hacer que empieces tu día con el pie derecho y puede ayudarte a despejar más la mente y a sentirte más organizado. La cama tiene muchos significados en nuestra vida. Aparte de ser el lugar donde descansamos y soñamos también es un elemento de gran importancia para la decoración y estética de nuestro dormitorio. Cuando entras a una habitación y ves una cama hermosamente tendida transmite la idea de un hogar en armonía, de un hogar feliz

Te brindamos algunos consejos para que tu cama luzca muy elegante y acogedora.

¿Por dónde empezar?

Protector de colchón

La principal función del es proteger tu colchón. Ayuda a mantener el colchón o la almohada impecables durante más tiempo y prolongar su vida útil. Tiene una función higiénica por cuanto no deja que los ácaros, el polvo, el sudor o determinadas bacterias que pueda tener el colchón entren en contacto con tu piel. Evita que se desarrollen determinados hongos en tu colchón que incluso pueden provocar malos olores. El protector de colchón debe ajustarse al tamaño del colchón.

Sábanas y cobijas: una invitación al descanso

Sábanas

Es fundamental escoger una ropa de cama adecuada, y aquí las sábanas tienen una importancia especial. Es la pieza que tenemos en contacto directo con nosotros durante la noche, por ello es fundamental que sea cómoda, pero también resistentes y que encajen con tus gustos.

Es importante que la sábana se ajuste al tamaño del colchón, ya sea un colchón completo, twin, full, queen o king para que se adapte cómodamente en el lugar.

Es importante que sea del tamaño correcto: una pequeña se saldrá de las esquinas, y una grande se moverá a cada rato

Comienza vistiendo el colchón con la sábana inferior ajustable, estírala lo más posible, para que durante la noche no se mueva. Luego extiende la sábana superior de manera uniforme a través de la cama, deja que el largo adicional de la sábana caiga uniformemente sobre los lados de la cama. Siempre recuerda acomodar la sábana superior al revés, así cuando dobles la parte de donde van las almohadas, se verá el diseño que tenga.

Duvet, cobija o edredón

La manta o cubrecama que quieras usar va al final. El truco en este paso es asegurarte que esté centrada. No necesitas meterla abajo del colchón, mientras sea lo suficientemente larga para cubrir el borde de la cama. Generalmente es de un color sólido. Si es estampado, lo mejor es que sea uno simple y fácil de coordinar con varios juegos de sábanas. Flores y diseños geométricos son buenas opciones.

Almohadas y cojines

Depende cuántos almohadones tengas, los acomodarás de una forma diferente. Hay una gran variedad de almohadas para la cama. Lo básico que debes saber es que se colocan por tamaño, las de dormir van primero y deben acomodarse apoyadas en el cabecero de la cama seguidas por dos almohadas puestas de forma vertical como las de dormir y terminando con los cojines pequeños. Los cojines decorativos van al final, y los puedes acomodar como más te guste. Te recomiendo escoger un número impar de cojines para que se vea mejor al ojo. Tres es el número perfecto.

Y ahora sí, ¡todos a tender la cama!

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